La idea de la remigración y su influencia en los nacional populismos europeos.

El Frente Obrero, de comunismo ortodoxo y antiprogresista, también defiende el concepto.
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Carlos Fuster Cerezo

Hace unos días la diputada  Rocío de Meer, Portavoz de Emergencia Demográfica de Vox, se manifestaba favorable a la aplicación de la remigración mediante deportaciones masivas, creando gran revuelo en sectores políticos y sociales partidarios del modelo social multicultural.

Este concepto de aplicación de deportaciones de inmigrantes para terminar con la dinámica de masividad del fenómeno migratorio, surge entre otros del escritor francés Renaud Camus,  autor de “El gran reemplazo” libro donde se detalla el proceso de sustitución demográfica y étnica que está provocando la inmigración masiva en Europa, planteando la solución de la remigración para paliar este problema.

En dicho libro también se señala el factor de la “islamización” de Europa como uno de los peligros que acechan a Europa, además del peligro para la identidad étnica europea que supone según Camus la entrada masiva personas africanas, árabes o asiáticas.

Si bien la teoría del  “gran reemplazo” es calificada como una teoría conspirativa, ha pasado de ser enarbolada por grupos de activistas de colectivos identitarios europeos – entre los que destaca el activista Austriaco Martin Sellner, líder del Movimiento Identitario de Austria –  a influir en partidos nacional populistas como Alternativa por Alemania (AfD) o el Partido por la Libertad  de Austria (FPÖ), entre otros, cuyos dirigentes, Alice Weidel y Herbert Kickl se han posicionado clara y abiertamente a favor de este concepto.

Incluso la eurodiputada francesa Marion Maréchal (sobrina de Marine Le Pen) aun estando en el grupo parlamentario de Conservadores y Reformistas de Europa (ECR) liderado por la Primer Ministro italiana Georgia Meloni, defiende la aplicación de la remigración.

La idea de remigración tiene un componente etnicista que para los detractores del mismo, es la evidencia de un presunto componente racista lo cual siempre ha sido negado por colectivos identitarios que defienden la aplicación de esta medida.

Sin embargo, esa influencia de los partidarios de la remigración en los partidos nacional populistas europeos ha generado controversia.

Es el caso de Marine Le Pen, la líder de la Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) de Francia que si bien defiende un control estricto de la inmigración no se ha plegado a la influencia de grupos identitarios como la disuelta Generación Identitaria.

Si bien es cierto que algunos dirigentes de este colectivo activista francés, acabaron en el partido de Le Pen para, años más tarde en 2022,  pasar al partido Reconquista liderado por Eric Zemmour .

Zemmour sí asumía la remigración y muchos identitarios apoyaron su candidatura a la Presidencia de la República francesa, siendo eclipsado por Marine Le Pen en una clara dinámica de voto útil.

Pero no queda la cosa solo en Francia, el grupo parlamentario  europeo Identidad y Democracia que encabezaba Marine Le Pen junto a otros partidos afines en la pasada legislatura, terminó con la salida de Alternativa por Alemania precisamente por su apoyo a la idea de remigración.

Tras las últimas elecciones europeas generó la aparición de un nuevo grupo parlamentario europeo auspiciado por AfD, Europa de Naciones Soberanas, ubicado “a la derecha” de Patriotas por Europa hoy presidido por Santiago Abascal.

En España, el concepto de remigración ha sido agitado por el movimiento  nacionalista identitario Hacer Nación en diferentes campañas y acciones activistas, siendo también utilizado por otras organizaciones nacionalistas como Falange o Núcleo Nacional en campañas y manifestaciones.

Por otro lado, el Frente Obrero, cuyo origen es un comunismo ortodoxo y antiprogresista, también se ha manifestado a favor de la remigración.

Organizaciones activistas del entorno de Vox, como Revuelta también han reivindicado la idea de remigración. De hecho, Rocío de Meer participó en una acción  de protesta de Revuelta en una embarcación, donde se reivindicaba la remigración, días antes de la declaración oficlal sobre este asunto.

De hecho, No es la primera vez que Vox agita la idea de remigración.  De una forma muy medida han defendido su trasfondo en  varias campañas con el lema “Billete de vuelta” pero contemporizando con un planteamiento más “asimilacionista” cercano al que defiende Marine Le  Pen o la Lega de Salvini.

Por tanto, en mayor o menor  medida, la idea de la remigración ha logrado cierta transversalidad, calando no solo en organizaciones identitarias, neofascistas o de una izquierda antiprogresista, sino que también influye en partidos de corte nacional conservador y nacional populistas europeos como parte de sus propuestas políticas para solucionar la problemática de la inmigración masiva e ilegal.

Algo nos dice que debido a la situación de quiebre del modelo multicultural y las consecuencias negativas que conlleva la inmigración descontrolada, el concepto de remigración haya venido a quedarse, como una de las propuestas estrella de aquellas iniciativas políticas que quieren “poner orden” en los flujos migratorios.

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