24 septiembre, 2025/en Blog, Comunicados /
En la historia de España ha habido reyes que supieron unir al país, representarlo con dignidad y ser símbolo de nuestros valores y de nuestra convivencia. También los hubo nefastos, que actuaron con miopía, al servicio de su propio interés y del de su entorno, sin altura de miras.
A España y a los judíos españoles nos bendijo el reinado de don Juan Carlos I. Fue pilar de la Transición, de la convivencia democrática y de la construcción de unas instituciones sólidas y constitucionales. Para los judíos, además, fue un aliado leal y un amigo sincero en un momento histórico decisivo. Por ello le estaremos siempre agradecidos y, por eso, su reinado es recordado con cariño; en nuestras oraciones rogamos por su buena salud.
Muy distinto es el legado de su hijo, el actual rey Felipe VI. Hoy ha consumado un punto de no retorno con un escandaloso discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. En él repitió libelos de odio, mentiras y bulos dictados por un gobierno radical y profundamente hostil a los judíos. La criminalización del Estado de Israel, de sus instituciones, de su gobierno, de su ejército y de sus ciudadanos constituye una vergüenza histórica que jamás se borrará.
Aludir para ello a la memoria sefardí —la lealtad de los judíos españoles a su país y a su Corona— y utilizarla como látigo para fustigar y demonizar hoy al judío colectivo es un acto difícil de describir sin recurrir a expresiones muy gruesas, algo que no haremos por respeto a una institución que sus propios representantes se empeñan en degradar.
El rey de España ya no es amigo de los judíos. Y los judíos que amamos a Israel nunca más lo reconoceremos como tal. Ha elegido anclar su futuro y su reputación al destino de un gobierno corrupto, felón y miserablemente antisemita. Y con él compartirá su juicio en la historia.
Se adjunta a continuación, como referencia, este extracto y el enlace:
“Lo vemos también, en toda su crudeza, en Oriente Próximo, en Palestina, en la Franja de Gaza. No podemos guardar silencio ni mirar hacia otro lado ante la devastación, los bombardeos —incluso de hospitales, escuelas o lugares de refugio—, ante tantas muertes entre la población civil o ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas…, ¿con qué destino? Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa. Repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional.
España es un pueblo profundamente orgulloso de sus raíces sefardíes. Cuando hablamos al pueblo de Israel, estamos hablando a un pueblo de hermanos, un pueblo que, cuando regresa a España —a Córdoba, a Toledo, a Sevilla, a Barcelona y a tantos otros lugares—, regresa a su casa. Ese fue el principio inspirador de la ley por la que, en 2015 y con amplio consenso, se concedió la nacionalidad española a los descendientes de los judíos sefardíes originarios de España. Por eso nos duele tanto y nos cuesta tanto comprender lo que el gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza. Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia.
Seamos claros: condenamos rotundamente el execrable terrorismo de Hamás y, especialmente, aquella matanza brutal del 7 de octubre de 2023 contra la población israelí, y reconocemos el derecho de Israel a defenderse. Pero, con la misma firmeza, demandamos que el gobierno de Israel aplique sin reservas el derecho internacional humanitario en toda Gaza y Cisjordania. Exigimos que la ayuda humanitaria llegue sin dilaciones, un alto el fuego con garantías y la liberación inmediata de todos los rehenes que aún retiene Hamás con tanta crueldad.
La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad para hacer realidad cuanto antes una solución viable que contemple la existencia de dos Estados. El reconocimiento del Estado de Palestina por parte de un número creciente de miembros de nuestra Organización, al que España se sumó el pasado mes de mayo, debe ayudar a conseguir una paz regional justa y definitiva, basada en la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas y también en el reconocimiento universal del Estado de Israel.”
http://www.casareal.es/ES/actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle.aspx?data=6737