Tierra de Gracia: Rumores por esas calles del Caribe. Carlos Pérez-Ariza

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Desde que Internet desarrolló las redes sociales los rumorólogos se han expandido como los hongos por el campo otoñal. Algunos son basados en datos comprobables y a favor de la intervención; otros, en contra de Estados Unidos y hay sospechosos de ser falsos rumores. Ahora, con el Caribe en armas, los susurros se multiplican como misiles audiovisuales

Sin ánimo de poder ser exhaustivos, dado el casi inabarcable espacio del que hablamos, por las Redes corren todo tipo de conjeturas. Las fuerzas navales y aéreas estadounidenses no están allí en exhibición teatral, sino para actuar contra los Soles venezolanos, y lo harán. En contra, Maduro y su verborrea insulsa amenaza con una larga guerra, recordando a Vietnam. Ciudadanos de esas calles, informan que eso de meterse a milicianos sin sueldo no les atrae. Desde algunas esquinas de los cuarteles, soldados y oficiales de media graduación, tampoco están por la labor de inmolarse por unos generales y el supremo comandante Maduro, pues ellos no han participado en el festín del narco negocio y están empobrecidos como todo el pueblo llano. Así que el escenario o teatro de operaciones no se presenta favorable al Cartel de los Soles.

Informantes de solvente prestigio –generales y almirantes (r) venezolanos exiliados– aseguran que las fuerzas militares estadounidenses tienen la orden presidencial, avalada por el Congreso, de actuar tan pronto sus comandantes lo crean oportuno.  Y que tal acción será precisa, quirúrgica, dicen ellos, es decir como el bisturí que corta sin ocasionar daños a los órganos colaterales. También con el objetivo de capturar vivos y extraer a la cúpula del narco régimen para ser presentados ante los tribunales, juzgados y condenados seriamente. Esto parece fácil de exponer, pero no tanto de realizar, veamos.

Maduro, Cabello y Padrino saben que si son capturados y extraditados a Estados Unidos no se salvarán de una condena a cadena perpetua, ni con el equipo de abogados defensores mejor pagado del mundo. Así que se presenta otro rumor que ha ganado puntos por las redes sociales. Ellos están negociando para escapar y salir de esa tormenta caribeña que les atormenta. Ese tiempo ya pasó, aclaran ciertos periodistas bien informados. Ahora van a por ellos. Aceptar esa negociación sería dejar a unos chavistas diferentes, pero iguales, al mando del mismo narcorrégimen. Eso complicaría el siguiente paso que es instalar un gobierno legal de transición para recuperar la República democrática.

Nadie de los que hablan por las redes sociales, por blogs, programas periodísticos digitales, se atreve a fijar la fecha y hora del ataque. Eso es un secreto de la inteligencia militar bien guardado. Así, que los rumores tienen su tope. Los contrarios a los Soles desean que sea hoy mismo, los del narconegocio se plantan desafiantes con frases como «si se atreven encontrarán el infierno». Una cosa es querer que suceda y otra que sea un hecho. La espera va para dos meses. Hay que recordar que en cazar a Osama bin Laden tardaron diez años. El caso Maduro no es igual, sí saben dónde se encuentra.

Hay que recordar que un rumor es una noticia sin verificar, pero que circula ampliamente por las redes sociales.  De tanto repetirse parece cierta. En todo caso, cumple para quien la oye o ve, con una necesidad emocional pues a cualquier venezolano, dentro o fuera de Venezuela, le ilusiona que esa banda de criminales caiga y sean juzgados. Los rumores de que hablamos aquí tienen cierta fiabilidad, si se mira las fuentes. No todos, pues interviene en algunos casos la IA, que muestran mensajes fraguados. Pero es la corriente que se mueve sobre el asunto del bloqueo en el Caribe venezolano.  Y eso interesa a millones de ciudadanos, que han sufrido esta pesadilla por más de un cuarto de siglo, que son muchos años. En todo caso, esos rumores pueden ser solo cuchicheos, pero nunca esas noticias, artimañas o no, han levantado más aspiraciones por encontrarse con la libertad nuevamente. Mientras se espera el golpe «quirúrgico», Maduro ha impuesto el árbol de Navidad adelantándose a la fiesta cristiana del nacimiento de Jesús. La bendición adelantada de ese Niño no lo va a salvar. Un fariseo que se aferra a seguir sentado sobre un sillón que ha usurpado, alentado por la inmensa cuenta que le ingresa por ser el capo del Cártel de los Soles. Su blanca Navidad ya sabemos que es de polvo de cocaína.

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